lunes, 27 de octubre de 2014

El mal uso del progreso

Hace unos años, en la universidad, tuve la suerte de poder asistir a una charla sobre robótica.  El ponente, nos relataba las ventajas y maravillas de una ciencia en auge.  Explicaba con entusiasmo que en pocas décadas, los robots podrán sustituir a las personas en la mayoría de los puestos de trabajo y poco a poco, iríamos viendo los avances.  
Y en efecto, cada vez más la tecnología está limando obstáculos, dejándonos un panorama más global y accesible para cualquier tipo de perfil. Sin embargo hemos de preguntarnos ¿Es tan positivo como parece esta tendencia del avance incontrolado?  Personalmente tengo mis dudas.

Hasta hace poco tiempo, cuando una persona tenía, por ejemplo, que ir a comprar cualquier cosa, tenía que hacerlo a través de los comercios de su ciudad o de las poblaciones colindantes.   Esto, no hacía si no potenciar la industria local y avivar la posibilidad del negocio de supervivencia.   Con el auge de Internet, las alarmas han saltado en este sector,  que se ve sometido por las innumerables ventajas que tiene el comprador al utilizar los servicios vía online.

Es evidente que hoy, comprar a través de portales como Amazon o Ebay, se ha convertido en una práctica mundialmente extendida y raro es encontrar a una persona que no lo haya hecho nunca. Obviamente las ventajas son innumerables, ya que hoy en día, cualquier persona puede adquirir un producto de Singapur, sin levantarse del asiento, pero detrás de todo, encontramos el proyecto de autodestrucción de muchos puestos de trabajo.

Hemos generado un sistema, en el cual como digo, cualquier individuo puede comprar el producto que desee y además, tener más información de la que el más formado tendero pueda ofrecernos al instante.   Es perfecto, podemos acceder a todos los productos del mundo, sea cual sea su procedencia, saber que tal les ha ido a otros usuarios, ver sus medidas exactas e incluso comprobar en que fecha exacta nos llegará a casa.  Y no solo eso, también ofrecen unos precios que por volumen, un pequeño comercio jamás logrará ofrecer.  Se pierde cercanía y se gana en frialdad, efectivamente, pero salta a la vista que al comprador esto poco o nada le importa.

Tan solo la desconfianza de las transacciones a través del ordenador, son la única barrera que evita que generaciones pre-internet, se lancen en masa a utilizar estos servicios.  Pero es cuestión de tiempo que el uso del comercio electrónico sea prácticamente exclusivo.

Sin embargo, este avance ha dilapidado el futuro de muchos pequeños empresarios, que un buen día se lanzaron a la aventura de emprender.  Negocios que después de décadas de esfuerzo y muchos con la jubilación aún lejana, tiemblan al ver como el agua va subiendo y la salida se complica.  Sencillamente no tienen defensa ¿Qué puede ofrecer que no tengamos en la red?  

Pero este tema, va más allá del puro aspecto comercial.  Las tendencias del desarrollo, van encaminadas a inutilizar al ser humano, a que piense poco y pueda hacer cualquier tarea, sin tener desarrolladas sus capacidades.    

Nobleza obliga y he de llevar el asunto a mi profesión, la informática. Es muy triste, que cualquier hijo de vecino, pueda tener herramientas para poder hacer un programa o una página web, sin tener la más remota idea de programación ¡Y lo que es peor! Puede también comerciar con ello, decirse informático y poner en duda la labor de los que realmente lo somos. Pero no nos engañemos, en nuestro propio gremio nos hemos empeñado tanto en dar al usuario facilidades, que hemos provocado nuestra muerte.

Vamos hacia un camino, en el que dentro de un tiempo no será necesario conducir, nos llevará el coche solo, no será necesario leer, los libros serán solo en audio y la comida se hará sola ¿Qué quedará entonces para la inteligencia humana?

Equivocado o no, al final uno piensa que nos están tratando de anestesiar el pensamiento. Lo globalizamos todo, eliminamos el desarrollo personal y lo cambiamos por un camino universal.  Y esto es un bucle que un día se romperá, porque con personas acostumbradas a lo sencillo, llegará un momento en el que el esfuerzo y las inquietudes desaparezcan ¿Es eso lo que quieren? 

Yo estoy totalmente de acuerdo con el progreso, no nos equivoquemos.  Pero el significado de progresar, es avanzar y con este rumbo, mucha gente se va a quedar por el camino. Y si avanzar es dejar a mucha gente detrás,  no podemos clarificarlo ni mucho menos como éxito.