martes, 16 de diciembre de 2014

Paseando por Londres: Notting Hill

Muchas personas viajan a Londres después de haber visto alguna película que tenga sus calles como escenario.  Muchos filmes, como Harry Potter o Love Actually han convertido rincones de la ciudad en verdaderos emblemas, únicamente por haber aparecido en ellos.   Muchos viajan expresamente a  la estación de King Cross para ver el andén del joven mago o pasean por Myfair sintiéndose como Audrey Hepburn.  Pero sin duda alguna,  en los años noventa una película se llevó la palma en cuanto a sentir londinense se refiere,  Notting Hill.   Su trama, acababa por dejarte un regusto de ese sabor que solo se tiene al terminar un viaje. Hoy nos damos un paseo por sus tranquilas calles, rodeados de casas de colores y buscando la librería de guías de viajes. 



Londres es una de las ciudades más populosas de todo el mundo.  Sus más de doce millones de habitantes, los turistas y la actividad empresarial, llenan sus calles de ruido y tráfico.  Sin embargo, aún hay sitios que sirven de escape ante el fervor urbanita y te devuelven a otras épocas.

Notting Hill, situado en el norte de Kensington and Chelsea es uno de esos lugares.  Como ocurrió en otras áreas de la ciudad, en sus inicios se trataba de una zona rural muy lejana de lo que es hoy en día.  De hecho, no es extraño ver casas de baja altura que por momentos nos recordarán a las de cualquier pueblo de Gran Bretaña y además, no solo por eso, también por la paz que se respira.  Saliéndonos de las arterias principales, encontramos vías semi desiertas exentas de sonidos, que invitan a pasear y perderse a través de ellas.

Lo que te llamará la atención al llegar, será el colorido de sus edificios.  Si Camden Town es el lado oscuro y underground de Londres,  Notting Hill es el bohemio, con fachadas pintadas en tonos pasteles, camufladas entre negocios con mampostería de madera.

Cartel de la Portobello Road en Notting Hill

Para llegar hasta aquí, sólo tienes una alternativa en metro, la estación de Notting Hill Gate, que se conecta con las líneas Central, District y Circle.  Una parada muy pequeñita y que al igual que ya te hemos recomendado en otras ocasiones, será mejor que evites en las horas puntas del día y al caer la tarde (Cuando los londinenses dejan de trabajar).  Otra opción es ir caminando, si es que tu alojamiento está cerca de las inmediaciones de Hyde Park o High Street Kensington. 

Evidentemente, la atracción mundialmente conocida de este pequeño rincón es la  larguísima Portobello Road (3 kilometros aproximadamente) y su mercadillo de antigüedades.   Para llegar al comienzo del mismo, no te compliques, sigue a la multitud.  Las corrientes de turistas suelen ser muy útiles para este tipo de situaciones, pues todas las hileras de visitantes se dirigirán con toda seguridad a nuestro destino. 

No nos engañemos, el mercadillo de Portobello no es el de Camden ni el de Bricklane, aquí hay productos verdaderamente exclusivos, aunque también es cierto que se pueden encontrar mercancías más asequibles.   La zona se divide en dos partes bien diferenciadas, una primera donde encontramos antigüedades y una segunda, donde se comercian alimentos y flores.  

Vista típica del inicio de Portobello Road.

Podrás encontrar los más variopintos objetos, desde lámparas de Aladino a faldas escocesas, pasando por joyas o vajillas.  Por lo general todo es muy caro, pero como buen mercadillo siempre se puede negociar, pero no pidas milagros.  Hay espacio para los chollos y baratijas, pero la mayoría de lo que en Portobello podrás encontrar, son productos mucho más caros que en cualquier otro mercado de la ciudad.

Si no te gustan los tumultos, evita este lugar en fines de semana.  Hay tanta gente que viene y va en ambas direcciones por aquella calle (Que no es especialmente ancha), que puedes tener verdadera sensación de agobio.  Si eso te pasa, tan solo tienes que refugiarte en cualquier vía transversal, que estarán totalmente desiertas.

Para comer, tendrás que esperar a los últimos metros de la enorme calle.  Allí donde la pendiente se recupera, se posicionan multitud de puestos de alimentación.   Te volvemos a repetir, esto no es Camden Town y aunque encontrarás alguno donde puedas llevarte algo que echar a la boca, la mayoría venden producto fresco para ser cocinado.   Abundan los puestos de fruta, verdura y pescado, lo cual no deja de ser una oportunidad para que puedas comprobar el lujo que supone para un inglés tomar fruta fresca.


En resumen, no es quizá uno de los lugares imprescindibles de la ciudad, pese al nombre que tiene y las veces que aparece en las guías de viaje.   ¿Puedes pasar un buen rato allí? Por supuesto que sí, pero si tu viaje es corto, hay otros lugares que seguro te impactarán más.  Nuestra puntuación es un:

6,5/10