miércoles, 26 de marzo de 2014

Paseando por Londres: Piccadilly Circus

Posiblemente Londres sea mundialmente reconocida por su Big Ben,  las cabinas rojas o el Támesis, pero he de admitir, que para mí, el símbolo de esta ciudad es  la céntrica plaza de Piccadilly Circus.   No lo sé, quizá sea por el continuo torrente de vida, que lo atraviesa desde Regents Street, hasta Leicester Square, las luces de neón o los carteles de los musicales.  El caso es, que siempre que voy a Londres, mi primera y última parada, suele ser esta.

Vayas cuando vayas, siempre encontrarás a multitud de personas cargadas de bolsas, sentadas en las escaleras de la estatua de Anteros (Esa especie de cupido, que lanza flechas al cielo de la ciudad).  Ya te lo advierto de antemano (Luego no digas, que si tal y que si cual), tarde o temprano, tú también acabarás sentad@ allí, porque es un sitio ideal, para descansar de tu paseo turístico y sobre todo, tan entretenido, que podrías pasar horas allí.

Vista de Piccadilly Circus
Vista de Piccadilly Circus desde Lillywhites
No se trata de que haya actuaciones callejeras, que haberlas hailas, sino de contemplar simplemente la vida, el ir y venir de paseantes propios y extraños. En Londres hay tanta variedad cultural, que realmente siempre hay algo que te llame la atención, desde las reacciones de la gente que ve Piccadilly por primera vez al salir de la boca del metro,  las chicas emperifolladas a las ocho de la tarde (Sí, a las ocho, que allí tienen cierto desfase para el tema fiestas), los tuc-tuc de los asiáticos que recorren la calle entre el tráfico o hasta el paso vigilante de los bobbies.

Desde ese mismo lugar, podrás ver varios puntos interesantes.  Por ejemplo la tienda de ropa deportiva Lillywhites, que con varios pisos, tiene absolutamente cualquier objeto de ese campo, desde accesorios de hípica a calzado, pasando por tenis o rugby.  Merece la pena entrar, porque se pueden encontrar verdaderas gangas.  Yo una vez compré una camiseta original de la selección inglesa de fútbol, por apenas 8 libras, cuando por lo general, alcanzan más de 60.

Justo a su lado, encontrarás el Criterion Theatre, que lleva representando desde el año 2006  la obra “The 39 steps”, para la cual, podrás adquirir entradas a buen precio, en cualquiera de las agencias que inundan los alrededores de Piccadilly Circus.  Aunque no domines el inglés, presenciar una obra de teatro o un musical en Londres, es una experiencia que no te puedes perder.
Lillywhites y Criterion Theater
Fachada de Lillywhite junto al teatro Criterion


Frente al Criterion, en el otro extremo de la plaza, te llamará la atención (Sobre todo, por las descomunales e insistentes campañas de marketing que suelen hacer), el museo Ripley, Believe it or not! .  Personalmente, te desaconsejo totalmente la visita, aunque te sentirás atraído como te digo, por la publicidad que hacen, pero ni por su precio, ni por su contenido, es recomendable entrar.  Básicamente, es una colección de objetos extravagantes, desde animales deformados a cabezas reducidas de los indios. Si te van este tipo de curiosidades, quizá te compense pagar, pero el público en general, debería huir de este museo.

Lo que si te recomiendo visitar es CoolBritania, mucho más que una tienda de Souvenirs.  Más allá de que es enorme y está conectada con la estación de metro, al cruzar sus puertas de contagiaras de espíritu británico. Todo, absolutamente todos los productos que quieras relacionados con Londres, los tienes allí.  Independientemente de que compres o no, date una vuelta para contemplar que hasta los patucos pueden llevar la Union Jack.  La competencia es tal entre las tiendas de recuerdos, que es fácil encontrar regalos, animadores o atracciones, para reclamar tu atención. Tiene una sección dedicada a la Familia Real inglesa, otra a las cervezas Guinnes e incluso a preservativos british.

Steakhouse en Londres
Steak Houses cerca de Piccadilly


Donde sí tendrás un verdadero problema, será a la hora de decidir dónde comer.  Esto suele ser un estándar en mis visitas a Londres, donde por lo general, suelo acabar en un bloqueo mental, colapsado por olores y sabores.  El área de Piccadilly está plagada de lugares para comer.  Otro día hablaremos de China Town, que está justo a sus espaldas y dónde por apenas 5 libras, tendrás acceso a múltiples buffets asiáticos.  Pero hay mucho más lugares, quizá más cercanos a los gustos occidentales, donde perderte.

Me gustó mucho y ya he ido varias veces a Ed’sEasy Dinner. Un restaurante estilo años 60, donde puedes comer, en mi opinión, unas de las mejores hamburguesas de la ciudad.   No esperes fuegos artificiales, son hamburguesas con patatas, pero de gran sabor.  En la simplicidad está su éxito. El precio es realmente económico, ya que dos personas pueden cenar o comer por 20 libras. Llama mucho la atención, ver a sus camareros ataviados con los gorritos blancos, cocinando detrás de la barra. Está situado en Rupert Street, a medio camino entre Piccadilly Circus y Leicester Square.

Eds Easy Dinner
Detalle de Ed's Easy Dinner

Más caro, pero igualmente interesante, es la cadena de restaurantes Aberdeen Steak House,  donde podrás comer la famosa carne escocesa angus. Un sitio plagado de londinenses, siempre es recomendable. Ya sabes el dicho, si van los lugareños, se come bien.

Además, aunque tu mismo olfato te llevará a indagar, hay numerosos puestos de dulces (Tan empalagosos, que solo el mismo aroma ya te alimenta), en los que podrás probar por muy poco dinero, postres de canela, donuts o pastelillos varios.

Piccadilly Circus es solo la cabecera de esta zona de Londres, donde nace el Soho y el Westend. En los próximos capítulos, seguiremos el paseo y llegaremos a Leicester Square, Chinatown o la famosa Regents Street.

Pero será el próximo día. This is London my friend.


Piccadilly Circus
Piccadilly Circus de noche
¿Y a ti? ¿Qué te parece Piccadilly Circus? ¿Qué rincones nos recomiendas?

Descubre más de Londres en www.laedaddeacuario.com

miércoles, 19 de marzo de 2014

Sobre Ana Bolena

Una reina olvidada

Se ha escrito mucho y se seguirá haciendo, en torno a la figura de Ana Bolena, principalmente por su dramático e injusto final. Hay muchas historias sobre ella,  incluso leyendas sobre fantasmagóricas apariciones, que aún hoy se hacen presentes en Londres.

Secuencia de la película "Las Hermanas Bolena"
Pero sin duda, esta reina representa lo que era la mujer a finales de la Edad Media/principios del Renacimiento.    Su padre Tomás Bolena, se sirvió de sus hijas como herramientas burocráticas, con las que espiaba y se ganaba favores entre las altas clases, a conveniencia. Ya en su infancia, fue enviada a París, en primer lugar para ser educada sí, pero también, para tratar de enviar información a la corte inglesa...Y por si acaso, ganarse buena fama entre los galos.

Inicialmente, fue su hermana mayor, María, el principal caballo de batalla en estas lides, a la cual se instruyó meticulosamente para seducir al joven Francisco I, rey de Francia. Pero éste, del que decían que era tan apuesto como mujeriego, acabó convirtiendo a María, en su amante, a la que utilizó tantas veces como quiso y a la que repudió al cansarse del juego. 


Su depravación fue tal, que la primera de las Bolena, acabó compartiendo cama con buena parte de la corte francesa, incluidas mujeres, para saciar sus depravados deseos.   Se ganó el apodo de “La yegua inglesa”,  término con el que se referían a ella por haber sido “tantas veces montada”.  Este hecho, fue el fin de la reputación de María, que quedó hundida y señalada como prácticamente una meretriz. Todo, por los despiadados planes de su padre, Tomás Bolena, que tenía en mayor estima obtener un pedazo de pastel, antes que el amor o el bienestar de sus hijas.

Palacio de la Conciergerie en París

Ana, que además de ser más joven, no era, decían, tan atractiva como su hermana, tardó más tiempo en recibir órdenes de su padre, pero finalmente llegaron.   Sin embargo, su astucia la ayudó a esquivar “manos extrañas” y regresar a Inglaterra con su honor intacto.

En Londres, Enrique VIII,  por la enorme rivalidad existente con su homólogo francés, también tomó a María como amante, en un ejemplo más, de lo que representaba el sexo femenino en el siglo XVI.  Cuando igual que en París, María pasó a un segundo plano, los ojos del monarca inglés se centraron en Ana, que lo sedujo de tal manera, que se vio obligado a tomarla como esposa, con tal de disfrutar de su cuerpo.  A diferencia de su hermana, Ana jugó sus cartas y la sed de lujuria del rey,  le obligó a convertirla en reina, para yacer con ella.

Sería difícil de explicar si por aquel entonces,  Ana Bolena era una máquina al servicio de su padre, o si realmente estaba enamorada de Enrique. Sea como fuere, los Bolena estaban en el primer puesto de una de las cortes más importantes del mundo conocido.

Imagen de la Torre Blanca en la Torre de Londres
Todo esto refleja la dura vida que tuvo no solo esta reina, sino tantas y tantas mujeres de esa época, que sencillamente eran marionetas al servicio de unos y de otros.  Mi última novela habla de Ana Bolena, pero bien podría haberse centrado en otras como Juana de Arco,  Maria Antonieta o incluso Marie Curie, que por la intolerancia de unos y de otros, su posición o simplemente su condición social, convirtieron su vida en una auténtica tortura.

En El Misterio de Ana Bolena, intento reflejar algo que pasaba antes y sigue pasando ahora, que es un mal endémico del ser humano: El poder.  Creo que no somos conscientes de los hilos que se mueven, en beneficio de unos pocos.  Sí, es cierto que sabemos cómo está el mundo, pero no llegamos a ser conscientes de hasta qué punto se llega y lamentablemente, nunca lo sabremos del todo.  A cualquier nivel, existe este mal, que se lleva por delante a muchos “inocentes”, como daños colaterales. 

Ana Bolena fue llevada al cadalso, ante el estupor de su entorno y el odio del pueblo, al cual se le había llevado a pensar, que era una adúltera y usurpadora del trono. Tuvieron que pasar casi tres siglos, hasta que alguien apuntase a Enrique VIII como hostigador, ya que antes nadie lo había ni tan si quiera planteado.   Fue en tiempos de la reina Victoria en 1876, cuando al reformar la Torre de Londres, se encontraron sus restos por casualidad.

Pero incluso hoy en día, un rey cobarde, traidor y sin apenas éxito,  es más reconocido que todas las mujeres de las que se deshizo.   Es muy difícil encontrar hoy en Londres el legado de Ana Bolena y tan solo una pequeña placa, recuerda que allí murió una reina.

martes, 18 de marzo de 2014

El comienzo del misterio

Cuando comencé a pensar sobre el tema en el que se centraría la segunda parte de La edad de Acuario,  trataba de encontrar un nexo de unión entre Londres y París.  Ciertamente, Londres es una ciudad que me encanta, pero  mi reciente viaje a París, me hizo descubrir ese otro punto de ver la vida.   Como he dicho alguna vez, pienso que en general, más allá de gustos, las personas son de Londres o de París.   Es decir, o les gusta el ambiente clásico de la capital francesa y ese ambiente bucólico de sus barrios, o encajan dentro del aire alternativo, moderno y underground que ofrece Londres.


El mejor punto común entre estos dos lugares, era sin duda la historia, puesto que a lo largo de los siglos, han sido muchos los encuentros y desencuentros entre ambas.

Buscaba, como siempre en La edad de Acuario, describir las calles y tradiciones de estos lugares hoy en día, pero me di cuenta de que son tantos los edificios antiguos, llenos de misterio y leyendas, que esa era la clave.


Y un buen día, viendo la serie de Showtime, Los Tudor, me di cuenta de que lo tenía ante mis ojos.  Me llamó tanto la atención la historia de la Reina Ana Bolena, espectacularmente interpretada por Natalie Dormer, que tenía que escribir sobre ella.   Pero es que el nexo entre Londres y París, estaba allí, porque este misterioso personaje,  pasó sus días en ambas cortes.

Ana Bolena, protagonista de La edad de Acuario
Ana Bolena, reina de Iglaterra (Fuente: Wikipedia)

Después de documentarme, descubrí que Ana,  se educó en Flandes, posiblemente coincidiendo en Gante, con el emperador Carlos I de España.  Más tarde y gracias al prestigio que fue adquiriendo,  formó parte de las damas de Claudia de Francia, hasta que regresó a Inglaterra.

Hay que dejar claro, que La edad de Acuario II: El misterio de Ana Bolena, no es una novela sobre el renacimiento, sino sobre la sociedad contemporánea.  Pero lugares históricos como la Torre de Londres, la Conciergerie, Notre Dame, la catedral de St. Paul o el castillo de Windsor,  guardan aún hoy, numerosos tesoros.



Cuando uno se acerca a estos lugares, siente como todas esas leyendas, le invaden.  No me quedaba otro remedio, que intentar hablar de ellas. 

Vista area de La Torre de Londres, donde fue ejecutada Ana Bolena (Fuente: Wikpedia)